Dos meses han tenido que pasar para poder escribir estas notas, dos meses de añorarte y recordarte, tambien 2 meses para reflexionar la suerte que tuvimos, porque otros pasan toda una vida sin disfrutar de un amor como el que tu nos dabas.
Pasado este tiempo me resulta menos dificil sentarme frente al ordenador y escribir, quizas de forma desordenada, pensamientos que merodeaban mi mente durante todo este tiempo.
El recuerdo del peor viaje de mi vida, la primera vez en la que volver a Altea no era un placer, la primera vez que deseaba que el avion no llegara nunca, el miedo a verte a ti y a mis hermanos sufrir.
Luego, despues de un viaje por carretera interminable de Madrid a Benidorm, la entrada en la UCI y la constatacion de que tu luz se iba apagando poco a poco, ese ojo abierto con el que senti que me miraste al entrar en el cuarto y esas lagrimas que se deslizaban por tu mejilla. De algun modo, esa felicidad que se que sentiste al vernos juntos a los cuatro, como siempre hemos estado, aunque yo lleve tanto tiempo lejos. Ese orgullo al verlos a los 3 a tu alrededor, nada nuevo, porque siempre he admirado a mis 3 hermanos por lo mucho que tienen en comun y por lo que tienen de diferente. Por ser quienes son, por estar como siempre estan, por querer como quieren, por todo eso y por mas.
El momento fatidico en que te fuiste definitivamente cerrando mas de dos anyos y medio de lucha, duros y, al mismo tiempo, fantasticos e irrepetibles. Un tiempo añadido en el que te sentiste quiza mas arropada y querida que nunca antes, tal vez por no saber cuanto iba a durar, por esa espada de Damocles que pendia sobre todos en forma de analisis, tests y revisiones periodicas. Por la separacion fisica yo no pude pasar el tiempo que hubiese querido contigo y, sin embargo, te senti cerca cada domingo cuando hablabamos de Baobao, de las chapuzas que iba haciendo en casa, de mi huerto... como me hubiera gustado poder enseñarte nuestra casa, segun acababa cada proyecto me imaginaba cual seria tu reaccion al verlo.
Se que los ultimos anyos fueron buenos para ti, se que el nacimiento de Baobao y nuestros viajes a casa te hicieron bien. Senti el orgullo que te llenaba el corazon cuando me veias ejercer de padre, disfrutar de Marc en cada una de sus fases con gusto y feliz. Que te gustaba cuando te contaba el tiempo que pasabamos juntos los dos, cuando era pequenyo y me lo llevaba de caminatas en el porta-bebe; cuando, ya mas grande, nos ibamos en bicicleta a pasar el dia... Se que todo esto te dio muchisima mas felicidad que ningun otro "exito", porque siempre supiste separar lo importante de lo que no lo era tanto; porque una carrera o un trabajo no son nada comparado con crear una familia; igual que los regalos materiales no se pueden comparar con dedicarle tiempo, cariño y atencion de verdad a alguien.
Personalmente, te he querido y te he admirado a partes iguales, por eso, quiza uno de los primeros pensamientos cuando nacio Baobao fue el de querer ser para el lo que tu eras para mi. No ser alguien que quiere con palabras, sino con hechos. Estar ahi siempre; que en los momentos duros el primer apoyo o consejo que busque sea el mio.
Todavia se me hace dificil creer que de verdad te has ido, que el Domingo proximo no estaras al otro lado de la linea cuando llame a casa, que no cenaremos juntos las proximas Navidades... Te extraño, te extraño mucho mama y sin embargo, se que donde quiera que estes estas bien y quieres que nosotros lo estemos tambien.
Te quiero ahora como te quise siempre y te recuerdo en todo momento.